Entre el lapso de descanso de mi cuerpo y la
liberación de mi consciencia,
han pasado un par de días en el que deambulo en
estar despierta y dormida,
creo manipular mis pensamientos para sentirme
en el presente,
pero, mi presente son sólo pensamientos y mi
cuerpo lo siente.
Estoy en
una cochera blanca un poco compacta,
sólo cabe un carro.
En el fondo hay una cortinas de tiras de tela
blanca,
que fueron rasgadas por el mismo que las trenzó.
Parada
frente las cortinas,
las trenzas se enredan en mi cuerpo
lentamente bajan por mis hombros,
recorren mi espalda para subir a mi cuello,
ambas se trenzas cubren mi cuerpo, me roban el
aire.
No pongo ninguna resistencia,
quiero morir y olvidarme de este mundo tan
injusto, ruin y desalmado.
Disfruto una muerte placentera.
Aunque, en mi espalda baja,
siento una presencia subiendo despacio,
no quiero moverme por curiosidad
Hasta que el miedo me despierta….
de un brinco…..