jueves, 29 de noviembre de 2018

el 20

y me doy cuenta de la locura insana de mi alma,
él no tuvo la culpa de nada, soy yo la culpable,
culpable de todo, de mis fracasos, de mis tristezas....
viviendo en realidades alternas, soñando, imaginando
situaciones inexistentes,
tal vez, sí, sí pasaron!
pero yo las interpreté siempre a mi beneficencia,
sí él quería, yo no, qué flojera..
sí el no quería, yo quiero, Por qué yo no?

Pienso mucho en todo,
sobre pienso donde no debo,
el amor se siente y lo siento,
pero siempre hago todo,
todo lo indispensable para que yo sufra,

Estoy sola porque quiero, por depresiva, por insegura,
por qué sé que puedo gustarle a alguien...
por qué sé que alguien se puede enamorar de mi...

Ahora que sé todo esto, no sé por donde empezar..
me doy pena y asco... me siento sin talento..
esto es un ciclo vicioso

domingo, 25 de noviembre de 2018

Autocorrector

Bendito y Maldito autocorrector,
me ha salvado varías veces de mi ignorancia,
Arrepentida y bruta soy,
de eso nadie me salvara, por más que me esfuerce:
leer novelas, poesía, cuentos, diarios..

Condenada a la ignorancia, al sufrimiento,
al vacio....

viernes, 23 de noviembre de 2018

Pizarnik

Por más que considere qué una parte de ella reencarnó en mí,
por más que leí sus diarios y lloré con su sufrimiento porque
lo comparto, en todos los aspectos, por que su pesar es el mío.
Aunque el mayor tiempo me identifique con Pizarnik...
o haga un intento forzoso por creer que somos parecidas,
sé muy bien quién soy, y muy tristemente lo acepto y
hay un gran abismo entre ella y yo, ella era una persona culta
que leía mucho, realmente era una apasionada de la palabra,
era talentosa, con mucha disciplina para superarse.
Yo sólo soy un experimento de la vida que salió mal,
qué por más que haga algo, ese algo sale mal; qué todo el tiempo y
ya divulgo qué cualquier grupo o equipo donde este yo, no auguro
fortuna, futuro, ni éxito. Hasta yo misma ya no quiero estar en mi.
Todos amaban a Pizarnik, era especial.
A mi todos me odia, soy muy torpe. 

lunes, 19 de noviembre de 2018

alcohol

Odio beber aquel veneno que me separa de mi misma,
esa bebida no sé sí del infierno... me desprende una parte
de mi, cómo si tuviera una segunda personalidad,
la odio.

Odio cuando sale, con una sonrisa de oreja a oreja,
qué sólo me hace pasar el ridículo, es una impostora,
La detesto más que a nadie en el universo,
¡hipócrita!

En mi sano juicio jamás haría lo que hace ella, y
sé muy dentro de mi que esa no soy yo,
esa qué sale es el reflejo de todos mis miedos que me cargo,
esas inseguridades del día a día.
No es que sea algo que yo sea por dentro, es algo que sale
para poder ser como los demás, porque sobria no lo soy.

Hasta luego tengo una tercera personalidad: el extremo:
la suicida; qué más que eso, es una niña que quiere llamar
la atención, sentirse importante, sentirse la artista maldita
qué jamás será.

Estupideces cada salida,
odio el alcohol,
pero a veces en mis 5 sentidos me siento tan aislada,
qué con un poco de veneno puedo ser como los demás,
(por un instante)
qué al final es una pesadilla...

El origen viene de la no aceptación de mi misma:
de no quererme,
de no aceptarme bruja,
de no aceptarme loca,
no aceptarme enamorada de todos los hombres,
no aceptarme, no aceptarme, no aceptarme..

por que sin bebida son insuficiente
por que con bebida no soy yo... y eso es suficiente






viernes, 9 de noviembre de 2018

toc toc

Te escribo a cientos de kilómetros de distancia. 
Las Palabras brotan de bajo de la noche
mientras el tuyo el sol te resguarda; 
y aún así,
tan cercanos a un Segundo de ondas. 

¡Ah, al fin no importa el remitente!

Cualquier distancia no es tan grande 
como mi historia y la tuya 
y que ambas a la verdad. 

Aún con la incertidumbre de sí recibirás las palabras,
o sí terminarás de leerlo; 
aún con seguir alejándote 
hago el atrevimiento una vez más 
de despertarte bajo tu tranquilidad. 

Dos meses de no verte a los ojos,
más de no intimar nuestros cuerpos
intoxicados por dulce veneno,
la emoción del momento.
¡Hasta el arrepentimiento vuestro! 

Disculparme,
no debo,
No hay razón que valga,
ni palabras que lo sostengan, 
aunque ansío hacerte saber 
el anagnórisis del misterio de conocerte. 

Palabras y más palabras,
tantas que te clamé entre borracheras, 
en silencio, 
en miradas. 
Quizás sean la razón de tu amnesia, 
yo lo recuerdo,
una noche de parto, 
dolorosa,
pero necesaria. 




miércoles, 7 de noviembre de 2018