lunes, 29 de julio de 2019

Amor esporádico Parte 4

La luz del sol entraba por la ventana que iluminaba su
tersa piel y paredes de su cuarto que me levantaron
entre sus largos brazos, enredada entre su sábanas,
una sinergía sin igual entre nuestros cuerpo y su cama,
nos despertamos y entre besos, e intentos de caricias,
comenzamos a platicar.
¿Ahora alguien comprende porqué no logro olvidarlo?
Entre la platica, no sé sí fue intento de halago o coqueteo,
qué me dijo que pocas veces había dejado de ir al comedor
y que esa mañana era uno de esos días, yo estaba muy cruda,
contenta y nerviosa... Él hizo un esfuerzo de pasarla bien,
me leyó un poema que no puse atención del todo,
estaba muy ansiosa, quería correr pero al mismo tiempo
tenía tanto miedo que no volviera a pasar.
Nunca olvidaré como observaba mis manos, nadie lo había
hecho, un detalle tan vano y tan hermoso, que me dio pena,
¿acaso será que por mis manos desarregladas y maltratadas
lo hayan alejado? No sé, pero intenté jugar con él, me dijo
cuanto le gustaban los anillos, estuve a punto de quitarle
uno para que me buscara, pero algo me detuvo.
Entre caricia y otra me pidió que le contara un secreto,
a lo que le contesté; "me gustas tú" No me creyó,
me dijo, "no, a ti te gusta mi amigo", y no supe que decir,
me acosté a su lado, trate de decirle que ya no, pero
mis palabras no fueron nada para él.
Seguimos conversando para conocernos, lo cuestioné
sobre su familia, su estancia durante esos años en la utopía,
en qué iba a hacer regresando de su largo viaje; o por qué
no entraba a las películas de la noche cuando el sentido de ir
en una escuela así, era también ver mucho cine, a lo que me dijo
que él estaba tanto frente a un computador que lo menos que
quería hacer en su tiempo libre era estar frente a otra pantalla,
Alguien tocó la puerta, nunca sabré quien fue porque
me escondí bajo las sábanas, él me preguntó que
por qué me había tapado, y sólo sé que no quería que me
vieran en esas condiciones; tal vez si fuéramos pareja no
lo hubiera hecho, no sé, así reaccioné; ya iban a ser las 11
y tenía que bañarme porque había quedado con mis amigas
en salir ese día, y me despedí 4 veces y cada vez que lo hacía
me quitaba la blusa y me llevaba entre sus brazos,
tal vez hubiera sido más natural y más yo esa mañana,
y las que siguieron....
o dejado todo por estar con él,
pero a mis 29 años (en ese entonces) sé que no quiero
dejar a mis amistades por parejas,
es un compromiso que me había hecho y sigo en pie.
Yo no sabía lo que iba a pasar, lo que iba a venir y
de haberlo sabido, me hubiera quedado con él
hasta que me hubiera corrido.
Esa tarde salí sólo con mi amiga, y en la noche me lo encontré
y me saludó, me hecho una mirada tan linda y coqueta, que
no supe como reaccionar y sólo fui un poco indiferente.
No dudo haber puesto una cara de indiferencia o feo cuando
me pongo nerviosa, en fin.... Fue el mejor fin de semana en mi
vida. 

lunes, 22 de julio de 2019

Amor esporádico Parte 3

El tiempo pasa y parece como si hubiera sido ayer, y fue una noche,
una noche que vi la oportunidad y no la dejé ir para acercarme a él,
era ahora o nunca, yo estaba con mi amiga y lo vi sentado en las
escaleras solo, no dudé ni 5 segundos en sentarme a su lado dejando
a mi amiga con media historia en la boca, y dije lo primero que se
me ocurrió en la cabeza y era que me pasara música de flamenco.
Durante las semanas de observación, un día en una película que se
presentó de flamenco, dijo que él la escuchaba cuando estaba triste,
eso me mató, y no dudé en comentarle aquella noche lo que
había dicho y que me interesaba escuchar flamenco.
Nunca olvidaré su respuesta "¿Y que me vas a dar a cambio?"
Me quedé en shock, nunca pensé que me contestaría eso, ¿quién
contesta eso cuando te piden música de tu país? yo contestaría,
"¡Claro!"; pero como sólo llevé la música de mi computadora nada
mas contaba con 10 canciones para los 6 meses, las cuales le ofrecí,
pero no pareció contento, se fue, me fui, seguí bebiendo y bailando hasta
que me acerqué a él y comencé a bailar con él, sinceramente
no recuerdo que tanto le decía, yo sólo sé que quería estar con él,
pensé que con el baile tal vez le llamaría la atención, pero
no fue así, insistí una vez, y poco me hizo caso hasta que me alejé,
bailé con una chica de su generación y nos rozamos los labios,
ahí descubrí que quería rozar los de él. Sin pensarlo dos veces
baile una y otra vez haciendo el intento de que me hiera caso,
hasta que estuvimos sentados y como en las veces que estuvimos
juntos me decía "ya tengo sueño, ¿vienes?"y esa noche por supuesto
no tardó en decirme eso pero con una pregunta previa ¿follas?
y le dije que sí, nos subimos a su cuarto.
Su cuarto era maravilloso, era ordenado y estaba tan lleno de él,
que podría pasarme la tarde viendo cartas pegadas en la pared,
buscando lugares en sus mapas, y rostros conocidos en las fotos
colgadas. Pero, nos besamos entre un juego de palabras, en el
cual pensé que ganaría, pero resultó ser un hombre muy inteligente,
nos besamos y abrazamos en la noche, él estaba de una felicidad
incontenible e irracional, estaba borracho, pero no tanto, nunca lo
sabré, pero su felicidad me hacía sentir un poco halagada y
confundida y contenta. Entre caricias, besos y risas, le dije que
andaba en mi periodo, y que no quería tener relaciones, él
no me forzó nada, se portó como un caballero, he tenido parejas
que no les importa y me han obligado, y él con una sola palabra
hizo lo que yo quise.
Dormimos toda la noche abrazados, su piel tan tersa, suave,
y porciones enormes. Jamás olvidaré esa noche.  

lunes, 15 de julio de 2019

Amor esporádico Parte 2

El sábado me levanté muy cruda, le conté a mi amiga
sobre el chico que le había dicho que me gustaba su
amigo y al que había lastimado con palabras en la noche.
Qué cruda la mía, pero en ese tiempo decidí que no,
no me iba a sentir mal por tomar, por divertirme, por
dejarme llevar por ese estigma tan católico que me
castiga y me hace sentir mal de mis acciones que busco,
disfruto y luego condeno.
Entre clases, trabajos, películas y a veces cervezas con mis
compañeros / amigos, vi al chico que le confesé mi gusto
por su amigo, no sabía que era de sus mejores amigos,
pero me pareció guapo, sin más, a partir de aquella noche, lo
observé a lo lejos y en secreto, era tan misterioso como su
amigo, estoy segura que le dijo a su amigo que comenzó a verme
y sonreírme, estoy segura, tengo testigos de esas
miradas coquetas que se encontraron en los pasillos,
en el día a día, yo estaba muy emocionada, pero tenía
novia, una linda chica de cabello afro.
La noción del tiempo era relativa y ahora el pasar de los
meses, ya hasta puedo hablar del año, todo se vuelve
confuso y una noche salí a beber con mis amigas,
vi al chico misterioso que derrepente me veía a lo lejos,
y bebí una cerveza, después otra y otra hasta tener el valor
y acercarme y confesarle mi locura pidiendo de intercambio
un beso al que fui negado y de ahí ya no recuerdo más mi
noche, es verdad, no recuerdo nada, algunos pequeños y
vagos llorando y contando mi desgracia de ser rechazada
y de que nadie me quería destapando mis monstruos que
escribo aquí acorralada del miedo y el silencio, donde los
dejo ser libres, pero ahí, me hundí, no recuerdo más, y
comencé a ver al primer chico que se me había acercado y
había rechazado, a ese chico que se enojó y comencé a verlo
de forma distinta. ¿Cómo pude decirle algo tan cruel a una
persona que se interesó por mi, cuando es tan poco probable que
pase eso en mi vida? De verdad, en mi vida es muy raro tener un
acercamiento como el que tuve, y lo dejé ir por un pensamiento
tan estúpido, que comencé a preguntar por aquel joven que
al igual que su amigo era bastante misterioso, podría incluso
decir que más, casi nunca lo veía o siempre era con la misma
gente o  solo o hablando con gente random, que comencé a
preguntar por él, con un amigo de los dos que era su
compatriota, me lo contó todo de él que comencé a tener
ganas de conocerlo, me di cuenta que era un hombre que valía
la pena, me gustó mucho, hacía tiempo que no pasaba,
era tan perfecto cuando me hablan de él y tenía tanta congruencia
con lo que yo veía a lo lejos que sentí que tenía que conocerlo,
pero me ponía tan nerviosa, hice intentos de acercarme a él
de maneras amigables con nuestro amigo en común, pero
no pasaba nada, un día me acerqué y el se retiró, un día
lo ví entre la cafetería y las salas de edición, salía de la
enfermería por dolor de estomago y no dije nada inteligente.
Otro día lo vi a lo lejos en la cafetería con mis platos en la mano,
quedé embobada, imaginando que me sentaba con él, y con el
cuerpo pasmado la sopa se me escurrió del plato, gracias
a Dios no me vió, pero el tiempo se detuvo, mi respiración
y mis ojos se clavaron en verlo que mi noción de la realidad
expiró por unos momentos hasta sentir el plato medio vacío.
Sabía que tenía que acercarme a él, pero no soy una persona
muy social y no sabía como acercarme, siempre quise regresarle
la cerveza que me invitó (nunca pasó) pero entre tareas, trabajos,
películas, y mucho miedo no me acercaba a él y menos por lo que
había dicho en nuestro primer acercamiento.

lunes, 8 de julio de 2019

Amor esporádico Parte 1

He evadido escribir esta historia en este blog, y no es
por miedo a que llegue a su computador; qué mentira
me digo; sino por el hecho de que no quiero enfrentarme
de nuevo a este dolor a pesar de que su recuerdo me
visita de vez en cuando en mis sueños o en un flash de la
nada que me saca del presente por un segundo y todo
vuelve a renacer de la memoria.
He de confesar que lo he escrito en mi diario personal y
en un par de poemas en este blog para sacar todo lo que
me genera dentro, pero por más que escribo y grito,
se queda en la cordillera de mis labios, no deja de quemar
y arder lo innombrable por razones que no entiendo aún,
no es amor, ni es obsesión;

¡qué alguien me explique!

No sé sí alguien me vaya a creer porque pasa el tiempo
y hasta yo comienzo a dudarlo.
Tal vez esto lo escribo para que alguien por ahi me pueda
comprender, por que por más que lo cuento no hay nadie
que me entienda por completo hasta creerme loca.
Ya no sé por donde buscar más respuestas, ni ensordecer a
mi locura.

Todo inició en Enero del año pasado cuando llegué a mi
isla; mi utopía; a un tipo hogar donde fui yo más que nunca,
donde llegué con la maleta de ilusiones y muchas ganas de
aprender y hacer un gran proyecto final para mi carrera,
yo estaba tan consciente que en 6 meses nadie se podía enamorar,
incluso no estaba en mis planes, sólo quería ver cine, saber
de cine, ver, ver y ver cine y grabar, grabar y nada más.
Mi primera semana fue maravillosa a pesar de un fin de semana
de realidades frías. Ver películas, escribir, grabar, ir a clases,
levantarme temprano para desayunar gratis porque fui muy
corta de dinero, no podía gastarme el dinero para algo que
venía en el paquete, no como los cigarros y cervezas que uno
tenía que costearse.
Aunque la primera semana no fumé ni bebí, tal cual era el plan:
no dejarme distraer por nada en el mundo porque era mi única
oportunidad para crecer como cineasta.  Todo como lo concebía
cambió poco a poco, a pesar de aferrarme al cine, comencé a
ver rostros agradables, unos más que otros y fue un día después
del desayuno cuando me senté en una mesa y alguien se sentó
ahí, no más, sin decir nada, me pareció hermoso, pero fuera de si
no veía mas nadie, sólo clases, comedor, películas, comedor,
cuarto, lectura, dormir.
En las primeras semanas y casi todo el tiempo fue así mi rutina,
un par de veces perdí el desayuno o la película de la noche.
Entre un venir y venir de gente, cine y comida, mi vecina de cuarto
se convirtió; a pesar de ser mi compañera; en mi mejor amiga
- lo es ahora a pesar de la distancia-, platicamos horas de la vida,
del amor, de la soledad, historia, cine, se nos iba el tiempo,
y de confesión en confesión le comenté del chico que me
llamó la atención esa mañana cualquiera.
Un fin de semana después clases, cursos, cine, conocer gente,
estudiar, filmar y hacer tareas, mi amiga me invitó una noche
por una cerveza, después de hacerme la difícil, acepté y sólo
quería ver aquel chico misterioso que andaba sólo con un libro,
y lo vi a lo lejos bailando, mientras lo veía, un chico alto vestido
con una playera caqui con rayas blancas y unas bermudas
bien combinadas se me acercó, me preguntó mi nombre,
el tiempo que estaría, y me invitó una cerveza. En mi mente,
que a veces puede ser muy estúpida, pensé que era un mara por
como estaba vestido, a pesar de estar combinado, sus ropas
eran holgadas y lo hacían parecer cholo a  mis asociaciones
estúpidas. Si, he de confesar que pasó todo eso en mi cabeza
mientras bailábamos desfasados por un escalón para estar a la
altura. Me invitó una cerveza, seguimos bailando, su mirada
intensa no se me borra de mis ojos, pero sobre todo lo que le
dije: "Me gusta tu amigo". Sinceramente, pensé que me iba a
besar, unos meses antes me había pasado algo similar y el amigo
de un amigo me ligó, yo le dije la verdad y no le importó;
pensé que a él tampoco, pero se molesto tanto, le dije que
no tenía porque dejar de bailar conmigo y me reí. Me fui a bailar
con aquel joven misterioso que bailaba con una hermosa chica
de cabello afro, su novia. Bebí y bailé hasta tarde que conocí a
un chico que no recuerdo ni su nombre, pero si todo lo que le
dije, que conmigo no iba a lograr lo que tenía en mente,
pero que podíamos pasar un buen rato y así fue, platicamos
durante la noche a pesar de ser grosera y fría.