lunes, 1 de febrero de 2021

Memorias de una Au pair 5

Al reencontrarme con el blog, también hace unos días leí unos escritos que tengo en un cuaderno. Cabe destacar que llevaba un diario en esos momentos, pero me basaré estrictamente a mi memoria porque tengo 3 cuadernos y son un desastre.
Para continuar con el hilo de la historia no me alargaré tanto en mi tiempo en México a Estados Unidos. En esas fechas me recibí, me dieron mi título y estuve trabajando por 3 meses como becaria; yo ya sabía que me iba a ir pero necesitaba dinero, no me rendí en buscar, seguía buscando y buscando pero cada día que pasaba y me acercaba más a la fecha de Enero 2011 me hacía a la idea que no iba a encontrar. Una tarde noche en mi clase de canto que tomaba con mi Madre y una amiga de la familia, recibí una llamada de donde hice mi servicio social, estaban buscando a alguien temporal por 3 meses, justo lo que necesitaba y me quedaba en México, así que sin pensarlo acepté, era un trabajo completo, me pagaban bien y pude ahorrar para mi viaje.

En mis clases de canto, me obligaron ir al coro de la iglesia, fui a una escuela religiosa desde kinder hasta 3 ero de secundaria, no creía mucho y honestamente una vez llegué muy cruda, me avergüenza decirlo, incluso recuerdo que ese día no encontraba mi brasier, y no fue hasta que fui a ver a una amiga para contarle lo que me había pasado y al estar haciendo ademanes mientras platicaba,  sentí mi brasier desabrochado y muy descolocado. ¿Porqué escribo esto? porque este viaje de estados unidos fue un viaje de autoconomiento y una etapa muy religiosa en mi vida (trataré de no tocar mucho el tema de Dios, pero cabe decir que es importante en esta etapa de mi vida).

Leyendo las antiguas entradas del blog, mi vida no era lo que uno esperaba y yo no era quien quería ser, no sabía ni qué camino tomar,  no sabía ni quien era. Todas las decisiones que había tomado eran por un deseo banal, inocente y basadas en miedo; siempre pensando en la mirada de los demás y menos en la mía. Me ha costado ser honesta conmigo todo el tiempo, complaciendo lo que una mujer debe ser, mientras la verdadera Adriana tenía su propia mirada, aún me cuesta trabajo identificar cuando es mía o la necesidad de complacer a los demás. En fin, esto se puede ver desde mi escritura. ¿En qué estaba pensando? ¿Qué había hecho toda mi vida? ¿Qué esperaba hacer?
Estaba hueca pero no tanto, algo dentro de mi cuerpo; lo recuerdo muy bien; me decía qué no, ese no era mi camino, siempre supe que esa no era yo, qué había algo dentro de mi que quería explotar y fluir como lava. Ya han pasado los años y ya no siento esas ganas de gritar y afirmarme porqué se que voy por el camino, creo que ahora estoy; ahora a pesar de sentir melancolía y tristeza, cuando acierto o veo que a la gente le transmite algo que hago aunque sea solo una persona me confirma, pero más me confirma la manera en la que fluyo conmigo. Aún me hace falta seguir escuchado mi cuerpo y un largo camino que nunca terminará, por eso sigo escribiendo, y queriendo hacer videos y proyectos. Aunque a veces honestamente me pregunto sí todo es producto de mi cabeza y todo se vuelve un tormento, ¿quien soy y que sentido tiene todo esto? A veces quisiera solo despertar de esta pesadilla llamada vida, o regresar a los 8 años y remediar todo, pero no se puede.





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