viernes, 10 de mayo de 2019

Carta a mi hijo

Querido hijo/hija,

estoy lavando los platos antes de comer con tus abuelos, donde mi rol
como mujer es lavar trastes, limpiar, y a tender a mi padre, a mi hermano
o a quien sea que se encuentre con nosotros. Entre un traste y otro pensé
en ti, en lo egoísta que he sido por aún no planear traerte a mi lado para
conocer tu rostro, aún desconozco al donador de esperma,  y dudo conocer
a alguien con el que podría ocurrir, de hecho, te he puesto un par de rostros
y estoy contenta que por alguna buena razón (que en su momento llegué a ver
como desgracia) hoy lo veo como bendición. A pesar de ponerte nombres,
padres y rostros, me siento la mujer más egoísta del universo por
no abrirte las puertas a éste mundo y enseñarte muchas cosas de la vida,
darle felicidad a mis padres, a mi vida, a mi casa (la casa de mis padres);
sin embargo, mi egoísmo es más grande que aquella felicidad de novela,
de cuento y de historia,  que te niego a ti, a mi familia y a mi misma.
Hijita linda / hijito lindo, tengo tantas ganas de conocerte y enseñarte
a caminar, leer contigo los  libros que me gustan, compartir contigo la
música  que me encanta escuchar en la soledad; al salir a caminar, o
cantar  a todo volumen en la bañera; enseñarte a lo que me gustaba jugar y
leerte todos los libros que no me leyeron mis padres antes de dormir, y
antes de que vayas a la escuela muero por enseñarte a leer, escribir, sumar,
incluso planeo hablarte en inglés para que no sea tan difícil como lo fue
conmigo; desde pequeña quiero que te intereses por el arte, porque muero
que seas un gran escritor o poeta, mínimo cineasta; pero que seas un gran
creador como yo no pude serlo.
Pero hija/hijo perdón por no hacerlo, consciente estoy del pasar del tiempo
del bello reloj biológico, las puertas se van angostando y tal vez
algún día se cierren por completo y no habrá ciencia que pueda albergarte
dentro de mi vientre y vivamos muchas aventuras; pero tengo
tanto miedo a que mi cuerpo se quiebre, a que me convierta en otra persona,
en qué tal vez tenga que dejar de hacer varias cosas, como trabajar,
salir, o que mis oídos revienten de tantos llantos, tanto miedo a verte
a los ojos y verme a mi, de no poder amarte y querer odiarte por no
dejarme avanzar en mi vida, aún a mis 30 años me siento tan perdida
en el mundo, incluso aún no sé como vivir, no tengo un empleo fijo,
una carrera brillante, ni talentos que me hagan sobresalir, no tengo
nada que ofrecerte; mas que momentos de inseguridad e incertidumbre,
que no te mereces.
Me pongo a pensar qué tal vez exista la posibilidad de verte y no sentir
rencor por parecerte a mi, o sentir desagrado, y sea como la gente dice:
conoceré el amor verdadero. Al fin, lo que toda mujer desea de un hombre,
pero ya tengo el corazón tan roto, qué si no llegase a ser como la gente dice,
mi corazón no aguantaría otra desilusión más a mi vida; al parecer no fui
tan talentosa, tan inteligente, tan valiente y segura de mi misma, que no
me ha ido tan bien cómo se tenía planeado en lo que se llama vida.
Luego, también pienso en que de pura suerte un hombre quiera planearte,
acercarse a mi y formar una familia, y seamos felices para siempre,
pero ya no creo en esas historias, y sí le diera una posibilidad de existir,
se de tantas complicaciones en los matrimonios y en las familias que
no quiero traerte al mundo para mejorar un matrimonio fallido, ni hacerte
pagar mis pecados con esos famosos patrones, y mucho menos
que me trates como yo traté a mi madre; sí soy la peor madre del mundo,
imagínate la hija qué fui; no quiero que te reveles por no querer lavar los
platos de la comida por ser la hija, o que tengas muchas responsabilidades
a tus cortos años por ser el hombrecito de la casa.
Me niego mi querido bebé a que sufras tanto de corazones rotos,  rechazos,
competencia, injusticia, tristeza, soledad; me niego.
Soy tan egoísta que los pequeños de felicidad que logres recolectar en
tu pequeña existencia prefiero que no lo vivas al menos hasta que pueda
por mi misma cuidarte y proveerte todos tus derechos como humano.
De otra forma nos conoceremos en otra dimensión, en otra vida, en
donde tenga que ser.
Posiblemente estoy quitando una gran persona al mundo o tal vez
le estoy haciendo un favor a la madre naturaleza, nunca lo sabré,
pero de lo qué si estoy segura es que soy, por ser mujer, "creadora de
vida", por lo tanto una potente"madre", soy la mujer más egoísta.

Con amor tu madre...







No hay comentarios.: