Madre mía,
¿hasta cuando permitirás
las palabras de tu esposo, de tu hijo,
incluso mías, tu hija?
No eres ñaupa, eres vida,
sigues soñando, tus ojos lo gritan.
Te han dicho bastante que eres
ñufla; tu vida lo refuta.
¿hasta cuando permitirás
las palabras de tu esposo, de tu hijo,
incluso mías, tu hija?
No eres ñaupa, eres vida,
sigues soñando, tus ojos lo gritan.
Te han dicho bastante que eres
ñufla; tu vida lo refuta.
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