domingo, 20 de diciembre de 2020

Reescritura

 Si pudiera reescribir mi historia, lo único que cambiaría sería vivir el presente y disfrutar cada momento. 

Es inevitable ver Freaks and Geeks y no añorar la adolescencia, esos momentos de tanta confusión, de identidades.  

Yo si recuerdo (aunque creo que es poco objetivo, ¿cómo saber que lo que recuerdo es 100 fiel a lo qué pasó o qué cambie algunos detalles? Evidentemente es muy incierto, pero lo único claro, es que estos recuerdos me giran y giran en mi cabeza) 

¿Por donde comenzar? 

La verdad, esto sería un historia muy largo como cuando uno va al 5to paso de AA. Pero este es distinto, es reescribiendo sin dolor. 

Mi primaria era enorme, no sé cuantos hectáreas tiene, pero tiene Primaria, Secundaria, Prepa, un Auditorio, Varías canchas de futbol, de basquet, iglesias o capillas, por ahí tengo el recuerdo que tal vez vivian monjas, tenían una pequeña laguna (esto sólo es un recuerdo de mi cabeza, al o mejor era un charco y como era pequeña me parecía una laguna), y animales, creo que una vez nos llevaron su granja y no creo que haya sido muy grande, pero en ese tiempo yo veía todo enorme, así que contaré los momentos de mi escuela por fracciones de cómo estaba dividido. En kinder cada salón tenís su propio "jardin", unos juegos, una huerta, una biblioteca (aún la recuerdo), el salón de cocina (aún recuerdo el sabor de algo dulce que comimos y que he deseado volver a probar pero nunca lo he vuelto a probar, era como icing de colores) y un auditorio donde fui a practicar alguna vez canto. 

Del kinder me vienen algunos recuerdos, pero desde ahí mis amistades han rotado todo el tiempo, es cómo si hubiera nacido para que todos se fueran de mi lado y no tener un círculo de amigos fijos. Aún recuerdo a mi amigo de kinder, me lo encontré en prepa (ahora nos seguimos en facebook), recuerdo decirle conejo Blas, por su apellido, estar sentados en la puerta de la escuela y el brincando a mis piernas porque nos contaban una historia de terror. Otro recuerdo es jugar a Peter Pan con un chico, después lo veía en la escuela pero al parecer ya no quiso jugar conmigo. Otro momento es cuando me perseguía un chico llamado Alejandro todos los días porque me quería dar un besos hasta que un día lo logró, recuerdo correr hacia la maestra y llorar. Recuerdo rezar en clase de religión con el anular derecho entre las palmas, (pensaba que así era, nadie  me había dicho) hasta que me di cuenta que a la maestra le faltaba ese dedo. Tengo un vago recuerdo de estar en clase tratando de copiar a los demás compañeros siguiendo el movimiento de sus manos (obvio no servía).  Y ahí fue cuando tuve a mi primer bully, era una chica mayor que yo, no sé porque me odiaba, pero cuando era hora de bajar del camión ella nunca me dejaba bajar, un día me empujó, no dije nada, evidentemente nunca lo dije ¿cómo lo iba a hacer si en mi casa, las relaciones interpersonales era de poca calidad, nadie dice nada y a mi madre mi papá la trataba horrible a mi pacer?)

Recuerdo la primaria, más bien, de primero de inglés a tercero, igual son vagos recuerdos, una es que la maestra de primero de inglés mascaba algo, era como un chicle todos los días, mi tarea eran siempre desastres, una vez me dejaron sola en un recreo por no hacerla, recuerdo estar sentada y tener miedo, cómo si las paredes se hicieran pequeñas. Recuerdo mis recreos caminando sola, o sentada con alguna amiga en medio de las canchas, contando historias de terror o leyendas de la escuela, o en las peras con dos chicos mayores que yo que cantaban una canción de unos changos, me hacían reír a montones (la he intentado buscar muchas veces y nada) mi hermano me callaba porque me reía muy fuerte. La verdad con el paso del tiempo, en la secundaria cuando lo volvía ver (creo que sólo quedó uno) ya no le hablé, creo que lo molestaban en la escuela. Desearía que todos los amigos que tuve en la primaria nunca me hubieran dejado o lastimado o abandonado o dejarles de hablar porque ya no íbamos en el mismo salón. Dos de la primaria que quise mucho se fueron, una chica que se fue a Chihuahua, recuerdo cuando fui a despedirla al aeropuerto por los hot cakes y el día que me fui a su casa, vivía lejos, comimos pizza y vimos algún video BETA (la única vez que vi un Beta y la última hasta hace unos años que inicié en esto de cine). Tuve un amigo llamado Jorge, lo recuerdo, siempre lo regañaban, platicaba con él, no recuerdo que cosas, pero me hacía reir mucho, sus papás lo sacaron, la verdad no sé si existió o fue mi imaginación, hay una foto del grupo donde está, pero no sé si nuestra amistad fue real o sólo existió en mi cabeza. En esa época tenía otra amiga, una llamada Pamela, un día salimos en el camión, tal vez íbamos a la capilla (mi escuela era inmensa, demasiado, es una escuela Benedictina) se despeinó y dijo que yo la había despeinado, quedé en shock, yo no tenía ni idea, y me regañaron. 

De tercero a quinto, lo único que recuerdo es que estaba jugando con una chica a la cuerda en la tarima y me pico una abeja por primera vez, dejé todo y salí corriendo a la enfermería sin decir nada, no lloré, no hice nada, fue mi primera reacción. Otra, es caminar por la escuela con una amiga llamada raquel que la cambiaron al turno de la tarde, platicábamos mucho, ella me contaba historias de terror, su hermano escuchaba la mano peluda, aún recuerdo una historia que me contó. En una casa vivía un señor enfermo, la cuidaba una mujer (no recuerdo si su mamá, esposa, abuela) se mecía mientras leía el periódico y cada vez que pasaba una hoja del periódica salía huno debajo de ella. Dentro estaba un hombre en cama enfermo, debajo de su cama salía una cabra (el diablo), se lo iba a llevar, le dejaba una marca de herradura en el cuerpo, la mujer entraba cuando el hombre había muerto. Por este cuento tenía miedo en la noche. El último recuerdo de estos años es estar en clase, me ponían a actuar como la señorita babok, de la ñiñera, creo que se querían burlar de mi. Otro recuerdo que me viene a la cabeza, es que me robaba el dinero de mi papá para comprar dulces, nunca más lo volví a hacer.

Ya de cuarto a sexto, que tenía otras amigas, que ya no sé de que año eran, pero iba a sus casas Erika y Paola, recuerdo mucho salir en el recreo con ellas, pero creo que era muy niña para ellas, en primera porque sus cuerpos se desarrollaron más rápido que el mío y dos porque no eran tan infantiles como yo. Me dejaron de hablar poco a poco y nunca lo entendí, Erika me dejó de hablar cuando se metió a un coro al que no me seleccionaron porque en medio canto me quedé sin voz por los nervios. Recuerdo estar en el coro de la escuela tocado la mandolina, en los bailables que hubiera, porque en las obras de teatro nunca me escogieron aunque yo quería que lo hicieran. Ojalá, en esa época hubiera leído más, y estudiado más y puesto atención a clases y disfrutar la escuela, y decir que quería ser parte de la obra, qué quería ser solista en el coro. En esa época, parecía que sólo los bonitos eran talentosos, destacan en todo. Ojalá hubiera tomado más fotos de las que tomé con mi primera cámara y con la que rompí en el museo de Record Guiness para una tarea. Ojalá hubiera entrado más a la biblioteca o disfrutar simplemente siendo niña sin molestarme que me dijeran china, kimono, o cualquier broma sobre mis ojos. Ojalá lo hubiera disfrutado más esos tiempos junto con mi tiempo en casa al meterme a los lotes baldíos, fogatas, ir con mi vecina sólo porque tenía dulces. Ojalá todo hubiera sido distinto. 

En la secundaría muchísimo más, ojalá no me hubiera importado no ir a fiestas y leer más, haber conocidos a los chicos que querían conocerme o que se acercaron a preguntarme mi nombre, ojalá, a Alex le hubiera dicho que sí quería ser su novia en lugar de salir corriendo. Ojalá no hubiera querido ser cómo los demás. Ojalá me hubiera disfrutado muchísimo, Ojalá no me hubiera cambiado de turno, ojalá me hubiera quedado en la mañana. 

En la preparatoria, ojalá me hubiera quedado en la clase de teatro, lo intenté, pero me dio miedo. Ojalá hubiera sido segura de mi misma y mandado a la mierda a todas las personas que me lastimaron antes de hacer un desmadre con mi vida. Ojalá todo fuera distinto, pero la verdad, no tolero la vida cómo la veo. Al final es una mierda. De verdad, de lo único que me arrepiento es de no haber leído más, intentar actuar, continuar bailando, explorar, no haberme quedado con las ganas por miedo. Sé que he hecho muchas cosas a pesar de morirme de miedo, pero ¿qué no hubiera hecho sin tenerlo? Al final nada te mata siempre y cuando tu dignidad no esté en juego. 








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