sábado, 26 de enero de 2019

Cerrando ciclos


El dolor de no estar con un viejo amor, nos nubla la mente, los ojos. 
A la distancia cada parte lo llama, no hay forma de calmar las ansías. 
Una caricia, sólo un día, por una muero, dejo todo. 
A la cercanía, cada parte lo llama, no hay forma de calmar las ansías. 
Una caricia, sólo un segundo, he dejado todo. 

Eres un veneno corrosivo de la membrana entre hueso y el alma. 
No poder dejarte, no dejar de buscarte, poder escucharte.  
No dejar de pensarte, No poder tocarte... 
Lejos, vacío, a distancia. 

Por más qué ronde aullando lágrimas de compasión, tuyas, de Dios, 
en la taciturna noche de invierno, el eco no toca el recóndito de tu cuerpo. 
no llegan a tus odios mi súplica y mi lamento. 
Es una locura necesitar un perdón tuyo por mi tanta locura. 

Un día de estos, en una noche de primavera, aullando por tu piel, 
me voltearé caminando hacia el abrazo de las sombras, para cubrirme, 
cubrir el dolor, que me llevaré para no saber más de tu existencia. 
Desaparecer por completo de tu radio, cumpliendo tu sueño. 

Más mi muerte en vida, no será por tu ausencia, sino por la sobredosis, 
un cúmulo de emociones, qué me revolcará un día en la luz, en la obscuridad, 
sólo el señor lo sabrá. Un torrente de dolor me cubrirá las llagas, que al final, 
me llevará en un baño para sentir la paz de un paraíso final. 

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