Mal augurio.

Un ave con halo blanco, cuasi ángel podría pasar, se me acercó aleteando a mi alrededor, augurando una letanía, robando mi atención.
El ave cantó en un susurro al aire su noticia con destino a mi oído, quedé paralizada y sólo lo seguí con la mirada hasta obedecer la ley de la gravedad como piedra.
El pájaro malicioso con la amarga noticia, aguantó todo, conociendo mi dolor desde antes, lucho contra  ángeles y vientos para contarme.
El pájaro del infierno regreso a su nido de fuego gozando mi dolor.

Desde tu despedida, mi cuerpo sintió un rayo paralizador, prediciendo que te ibas y que no ibas a regresar siendo el mismo.
El ave de mal augurio me murmuro que te fuiste buscando comprometerte, que te ibas lejos buscando amor.

Te fuiste tan lejos por amor, cuando tenías mi vida en una bandeja de oro, que lo confundiste con mierda.