miércoles, 12 de abril de 2017

Al Inigualable Mordaz

Qué gran error el materializar mi sueño incompleto.
Al menos en el sueño regresabas, me querías de verdad, deseabas que volviera a ocurrir y sólo me despertaba.  Te veía, te sentía cerca estando a dos pasos, te extrañaba, te deseaba dulces sueños en mis rezos de noche entre susurros.

Qué gran castigo divino, que viví, propia, piel a piel.

Qué gran castigo volver a abrazarte sabiendo que te mueres, qué no te toque.

Tanto sacrificio, esfuerzo acercarme a ti, a que me tomaras enserio.

Bendita-Maldita noche, en donde todo cambió.


No hay comentarios.: